Con la Delegación del Parlamento Europeo para los países de la Comunidad Andina pudimos participar, el 4 de febrero pasado, en las marchas multitudinarias por las calles de Bogotá, la concentración en la Plaza Bolívar y la misa de los familiares, todas ellas llamando a un fin del crimen atroz de los secuestros. Vimos impresionantes cantidades de personas de todas las edades y rangos sociales, llevando carteles en contra de las FARC como también en favor de un acuerdo humanitario y de la búsqueda de paz para Colombia resolviendo sus problemas de fondo.

Ya en aquel momento mandamos un mensaje, diciendo textualmente: "Pero el reclamo de este día sólo puede ser un comienzo en la solución del conflicto violento. Les invito a todos Ustedes volver el 4 de marzo a esta misma plaza para protestar contra la violencia de los paramilitares. Y el 4 de abril para protestar contra la violencia de las fuerzas armadas y policiales. Y finalmente el 4 de mayo para pedir la devolución de los 4 millones de hectáreas que se robaron los paramilitares a los millones de campesinos que fueron echados de sus tierras."

Este deseo nuestro se va volviendo realidad con la invitación a marchas, vigilias y otros actos el 6 de marzo, en homenaje a las víctimas y en contra de la violencia de los grupos terroristas y de los paramilitares - tanto de los que se acogieron al proceso de desmovilización y en lugar de reintegrarse se han reorganizado para seguir delinquiendo, como de los no desmovilizados. Ya es hora que el sufrimiento de millones de desplazados y de las familias y amigos de miles de torturados, desaparecidos y asesinados acabe y nunca más se repita.

Son múltiples las voces que invitan a las actividades del 6 de marzo, desde el movimiento de víctimas hasta la central sindical CUT, desde personalidades de la vida pública colombiana hasta personalidades internacionales en Estados Unidos como en Europa.

Lamentamos los intentos desde algunos sectores de discriminar tan importante iniciativa. Desde la comunidad internacional nos juntamos al pedido de retirar las amenazas irresponsables y peligrosas para la integridad física y la credibilidad de los que llaman y llamamos a la movilización del 6 de marzo. Esperamos del Estado Colombiano que tome todas las medidas necesarias para asegurar la protección eficaz de la manifestación del 6 de marzo y esperamos que se haga un esfuerzo igual al del 4 de febrero, desde las instituciones nacionales e internacionales, desde las empresas y desde los medios a apoyar y publicitar las actividades del 6 de marzo.

Reinsistiendo en nuestras palabras del 4 de febrero, nos unimos al llamado a la movilización contra la violencia de los paramilitares del 6 de marzo. Asistiremos a los actos que se están preparando en decenas de ciudades de Europa, e invitamos a acompañar desde sus posibilidades todos los esfuerzos civiles y pacíficos para lograr abrir el gran camino hacia una paz que no sacrifique los derechos universales de las victimas a la verdad, a la justicia y a la reparación; y que reconozca las responsabilidades de todas las violencias para superarlas y evitar su repetición.